Son bien conocidas las campañas de la DGT recomendando evitar conducir con somnolencia. También es notorio que la obligación, que tienen los camioneros, de llevar taquígrafos, tiene por objeto evitar que el sobreesfuerzo de aquéllos aumente la probabilidad de accidentes. Todo ello es lógico, si se tiene en cuenta que la somnolencia multiplica por 7 el riesgo de siniestros, de ahí que se quiera prevenir.
Cualquiera puede estar de acuerdo con ello, salvo el INSS, para quien la somnolencia crónica no impide ejercitar una profesión, que consiste en conducir, muchas veces en ambientes de riesgo. Es la respuesta, que obtuvo el camionero de la noticia comentada, que tuvo que acudir al Juzgado para que le dieran la razón.
No sabemos si es por la situación financiera del Instituto, pero últimamente es reacio a cumplir su normativa, e intentó que ello fuera compartido por el TSJ, ante el que impuso recurso de suplicación que, lógicamente, no ha prosperado.
“Precaución, amigo conductor” es algo que el INSS debería interiorizar.