Estos últimos días se respira en nuestro despacho un ambiente de fiesta y alegría, estamos felices y agradecidos con este estupendo equipo que nos ha dado una gran alegría...
GRACIAS REAL OVIEDO POR EL ASCENSO A SEGUNDA!!
Y la gran noticia publicada en La Nueva España...
A cualquier oviedista que se le pregunte qué es la felicidad responderá que algo muy parecido a lo que vivió ayer en la celebración del ascenso del Oviedo. Plantilla, aficionados, directivos, propietarios y todos los que tienen algo que ver con este club sentían ayer que estaban en el sitio adecuado y en el momento oportuno. Nada podía estropear una fiesta que se ha hecho esperar mucho más de lo deseado. Pero precisamente esa espera multiplicó las ganas de celebrar el regreso al fútbol profesional.
Una de las notas dominantes de la celebración del ascenso fue la empatía entre plantilla y público, una cercanía que llevaba a los jugadores a abrazarse con todos los que se encontraban por la calle como si fueran sus mejores amigos.
Tras aterrizar en Asturias se concedió a la plantilla unas horas de descanso. Tiempo para reponer algunas fuerzas antes de una jornada repleta de actos y de mucha emoción. La primera parada fue el Tartiere. Allí cogieron el autobús en el que se pasearían por la ciudad. El autobús del equipo iba escoltado por otro en el que se encontraba familia y patrocinadores. Los dos, descapotables. Las camisetas azules pintaron ayer toda la ciudad. Las había en los aledaños del Tartiere y las hubo durante todo el recorrido que realizó el autobús del Oviedo camino del Ayuntamiento.
Pero donde más había era en la plaza del Consistorio. Los jugadores se bajaron del autobús y recorrieron la calle Jesús andando. Allí fueron jaleados como los héroes en los que se han convertido para siempre en la historia de un club que tras doce años por fin regresa al fútbol profesional. De momento a Segunda.
Cervero, el rey de la fiesta
Mucho antes de que llegaran los jugadores la plaza del Ayuntamiento ya estaba hasta los topes. La espera se fue pasando con cánticos y fue amenizada también por la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo. También el periodista Laude Martínez se esforzaba en mantener a la gente arriba mientras esperaba la llegada del equipo. Les recordaba que el próximo año podrán elegir al Oviedo en los más populares videojuegos de fútbol.
Pero el primer momento de éxtasis de los muchos que traería la jornada llegó cuando la plantilla empezó a subir la calle Jesús. No hacía falta que nadie lo anunciara. El rey de toda esta celebración fue sin duda Cervero. El ovetense llevó la voz cantante en todo momento. La llegada se produjo en torno a las siete de la tarde. El primero en salir a la palestra fue Cervero. "Se acabaron los campos de barro, los campos de tierra, el sufrimiento; estamos viviendo un día increíble, volvemos al fútbol profesional por muchos años. Oviedo se lo merece. Nos lo merecemos", dijo el autor del gol del empate a uno ante el Cádiz en el partido de ida disputado en el Tartiere.
Sus palabras provocaron a la plaza, que le respondió cantando uno de los nuevos himnos de la afición azul: "¡Vamos vamos Oviedo! Es una fuerte pasión. Esta hinchada esta loca, ¡loca por verte ganar!". Prácticamente todos los jugadores fueron pasando por los balcones y recibieron el aplauso de una afición que no cabía en la plaza. Las botellas de champán rulaban de una mano a otra. Esteban, otro de los más celebrados, ponía cierta templanza en la celebración. La templanza de un veterano que más tarde, en la Plaza de América, reconocería que tan sólo ha llorados dos veces en un campo de fútbol: "Cuando bajamos en Mallorca y el domingo en Cádiz". Las dos siendo jugador del Oviedo.
A Cervero y Esteban les acompañan en popularidad otro de los nuevos hérores del club: David Fernández. El madrileño, que llegó precisamente la temporada de la ampliación de capital, ha sido un seguro atrás esta temporada, una de las mejores de su carrera. El gol del ascenso ante el Cádiz culminaba un año perfecto."En pocos sitios se puede vivir esto. El gol fue algo increíble que siempre recordaré. Es un gol de todo el equipo, de toda la afición en una temporada de mucho trabajo", confesaba el central.
Un David Fernández que hacía balance a sus tres temporadas aquí: "Han sido momentos buenos, momentos malos, pero finalmente tras muchos años en que esta gente ha estado sufriendo porque querían ver a su equipo lo más arriba posible, ahora por fin lo hemos conseguido. Es un día para recordarlo y para disfrutar".
Pero todavía quedaba lo mejor en la plaza de América. Allí se instaló un escenario y la música del grupo Ciudad Bambú amenizó la espera. Una vez allí volvió a ser Cervero el que tomó la voz cantante. Hizo de maestro de ceremonias del equipo y fue presentando uno por uno a los jugadores. También hubo tiempo para agradecer al Grupo Carso, al consejo de administración, a todo el cuerpo técnico, a los médicos, a la prensa y a todo el personal del club su labor.
"El Oviedo ya esta aquí", comenzó diciendo Cervero. Y pasó a presentar a Charlie, que comenzó hablando en inglés para terminar diciendo "Azuquita" con su genuino acento andaluz; a Bautista, que vivía ayer su cuarto ascenso; a Héctor Font, "la mejor decisión que he tomado en mi vida ha sido firmar por el Oviedo", confesaba el castellonense"; a Erice, que no podía decir nada porque no le quedaba voz; a Dioni; a Eneko; a un Omgba que también se ganó al público y que fue vitoreado con un improvisado "Omgbi, Omgba, cada día te quiero más"; a Generelo, al que Cervero describió como un experto en vinos; a Sergio García, presentado como "el zorro García"; a Borja Valle, que dejó perplejo a todo el mundo cantando una ranchera con una espectacular voz; a Redondo, que contó un chiste con gracia andaluza; a Linares, que portaba sobre sus espaldas una bandera mexicana y que se acordó de los Symmachiarii que no pudieron entrar al campo del Cádiz; a Gorka, que trató de hablar en asturiano; Vila; un emocionado Sergio Sánchez, que ha pasado una temporada compliada por las lesiones; y todo hasta que al final llegaron dos momentos especiales.
El primero cuando Arturo Elías contó toda la historia de la llegada de Carso al Oviedo y confesó que "ha sido nuestra mejor inversión". La otra fue la aparición del capitán. Esteban quiso agradecer el apoyo que le llega de sus familias "cuando no paras ni un taxi" y confesó sus dos únicos llantos por el fútbol. El final fue Cervero radiando, como hizo decenas de veces ayer, su gol y el de David Fernández. La fiesta siguió en el Calatrava. La felicidad estaba por toda la ciudad.
