En este caso la abogada Gloria Taboada, miembro de nuestro despacho, forma parte de la acusación, compuesta por varios abogados que defienden los derechos de los trabajadores afectados.
Noticia publicada en la TPA
«Nos les hice nada a mis compañeros, eran ellos los que iban colocados y bebidos»
La historia de envenenamientos, conspiración, intrigas y venganzas de 'El Lavaderu' tenía que tener, como buen guión de Agatha Christie que se precie, un último capítulo desconcertante. Y así fue. 'El Candasu' quiso darle un vuelco al enredo y ayer, durante el juicio celebrado en el Penal 1, culpó a sus compañeros de todos los males que les sobrevinieron durante los nueve años que compartieron cocina, mandiles, comidas y sobremesas. «Yo no les eché nada de lo que dicen, eran ellos los que llegaban a trabajar colocados y bebidos», dijo con la voz entrecortada, la mirada baja y cara de no haber roto un plato en su larga trayectoria como ayudante de cocina.
Negó la mayor: ni sabía lo que era la cianamida cálcica, ni se la suministró a las 19 supuestas víctimas, ni tenía ningún problema con ellas -por aquel entonces, ahora parece evidente que sí-y tampoco compró el producto de deshabituación alcohólica en una farmacia de Cimadevilla. Sobre él pesa una solicitud de condena de 65 años de prisión.
«Nunca tuve ni una palabra más alta que otra con mis compañeros. Venían a veces en muy malas condiciones al bar y el jefe los tenía incluso que mandar marchar para casa porque no estaban ni para trabajar, pero yo no tenía nada que ver, al contrario...», relató a las preguntas de la fiscal Raquel Vega y de su abogado, José Joaquín García. No quiso, sin embargo, contestar a los letrados de las acusaciones particulares. Se limitó a defender su inocencia y la de su «compañera sentimental durante los últimos 28 años», refiriéndose a Eva M. G., también trabajadora de 'El Lavaderu' y también en el banquillo de los acusados por supuesta encubridora. El ministerio fiscal no presenta cargos contra ella. Sí los que fueran sus colegas, que creen que su estrecha relación con 'El Candasu', que siempre llevaba su comida de casa y el hecho de que nunca cayese enferma en todos esos años, son «muestra clara de que sabía lo que estaba haciendo él».
«Nunca le vi haciendo ninguna cosa rara, la cocina estaba abierta y todos entrábamos y salíamos sin que se pudiese ocultar algo aunque se quisiera», testificó la mujer, también solo a las cuestiones planteadas por su abogado y la fiscal. «La comida la llevaba siempre preparada de mi casa porque estoy mal de las varices y el médico me recomendó que no cogiese sobrepeso y siempre cocinase con muy poca grasa», añadió.
FUENTE: EL COMERCIO
Ampliación de la noticia publicada en EL COMERCIO
Noticia publicada en el Programa Espejo Público de Antena 3
Más vídeos en Antena3